13 septiembre 2007
Tenga fe, jefe
Nunca me han gustado los informes de gestión barrocos y pintones. De entre los prejuicios que tengo, uno me alienta a desconfiar de ellos. Sería algo como el “enano” que da la señal de alarma a Edgard G. Robinson en Perdición, salvo que afortunadamente no tengo ninguna úlcera de estómago. La desconfianza me induce a pensar que la falta de rigor del informe se ha suplido con una buena fachada artística, sobretodo después de que el Office llegara para quedarse. Pues eso, prejuicioso que es uno. Es probable que muchos de esos informes lucirían muy bien colgados de una pared del MOMA, pero, por lo que respecta al fuste de la información que contiene, tan sólo cabría esperar fe por parte de todo aquel a quien vaya dirigido, escépticos empedernidos incluidos. Y es que, como dijo Edward Deming, “para creer, en Dios, el resto sólo traen datos”, y no estaba pensando precisamente en un nuevo manifiesto religioso. La gestión no debería perder sus raíces cuantitativas pues, como también dijo Deming, vaya, “la gestión es predicción”. Y ya me diréis que poder predictivo tiene un A4 pintón.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Muy bueno
ResponderEliminarEn mis tiempos de estudiante, también circulaba un problema similar, pero con temática religiosa: En un convento, una noche todas las monjas tienen un sueño en el que se las indica que el Señor ha impuesto su señal en la frente de algunas. Aquellas que descubran que están marcadas, deberán abandonar el convento. Para complicar las cosas, las monjas han hecho voto de silencio, y en el convento no hay ninguna superficie reflectante que les permita ver su reflejo. Siguiendo la misma lógica del problema las monjas marcadas abandoraán el convento en bloque la noche que corresponda al nº de monjas marcadas.
Pero volviendo a la duda que planteas, Yo creo que el consultor despedido relamente no está aportando información nueva. Está validando el razonamiento para un único error. Una vez cumplida esta condición, el resto de la serie (para dos errores, para tres, etc.) se validan cada reunión, hasta que llega al final.