La verdad es que siempre tendemos a personificar en la figura de alguien –el empleado, el jefe, el coordinador, el proveedor, el cliente, etc., alguien que viste y calza- la causa de las tribulaciones de uno. En realidad, como buenos primates que han pasado el 99% de su historia evolutiva sobreviviendo en la sabana africana primero y colonizando el resto después, estamos plagados de resortes biológicos, sesgos y atajos cognitivos –heurísticos-, que no funcionan nada bien cuando tratan de interpretar el mundo interconexionado que hemos creado durante los últimos ocho mil años. Y entre ellos está la irremediable necesidad de encontrar una relación causa-efecto simple a todo aquello que acontece en nuestra experiencia cotidiana diaria, nuestras relaciones sociales. Y en este mundo complejo, las causas no saltan a la vista de forma nítida. Incluso puede que no sean atribuibles a los individuos que supuestamente pensamos que las originan. Por eso creo que la estupidez organizacional es un fenómeno emergente. No tiene por qué haber un culpable: entre todos la matamos y ella sola se murió. Y si no, reflexionad sobre las sensaciones que os producen estas glosas que circulan por el mundo anglosajón:
En el principio fue el PLAN.
Y entonces vinieron las asunciones.
Y el plan se quedó sin sustancia.
Y las asunciones se quedaron sin forma.
Y la oscuridad se cernió sobre el equipo.
Y los miembros del equipo hablaron entre ellos diciendo:
“Esto es una p**a m**rd* que apesta”.
Y luego fueron a sus supervisores y dijeron:
“Esto es un cubo de m**rd* que nadie puede soportar”.
Y los supervisores fueron a sus gerentes y dijeron:
“Es un contenedor de excrementos, y es muy fuerte.
Tan fuerte que nadie puede soportarlo”.
Y los gerentes fueron a sus directores y dijeron:
“Es un saco de fertilizante, y nadie puede soportar su intensidad”.
Y los directores fueron al vicepresidente y dijeron:
“Promueve el crecimiento y es muy efectivo”.
Y los vicepresidentes fueron al presidente y dijeron:
“Este nuevo plan promoverá de forma activa el crecimiento
y el vigor de la organización, con poderosos efectos”.
Y el presidente miró el plan y dijo que era bueno.
Y el plan se convirtió en norma.
Y así es como la m**rd* sucede.
Y entonces vinieron las asunciones.
Y el plan se quedó sin sustancia.
Y las asunciones se quedaron sin forma.
Y la oscuridad se cernió sobre el equipo.
Y los miembros del equipo hablaron entre ellos diciendo:
“Esto es una p**a m**rd* que apesta”.
Y luego fueron a sus supervisores y dijeron:
“Esto es un cubo de m**rd* que nadie puede soportar”.
Y los supervisores fueron a sus gerentes y dijeron:
“Es un contenedor de excrementos, y es muy fuerte.
Tan fuerte que nadie puede soportarlo”.
Y los gerentes fueron a sus directores y dijeron:
“Es un saco de fertilizante, y nadie puede soportar su intensidad”.
Y los directores fueron al vicepresidente y dijeron:
“Promueve el crecimiento y es muy efectivo”.
Y los vicepresidentes fueron al presidente y dijeron:
“Este nuevo plan promoverá de forma activa el crecimiento
y el vigor de la organización, con poderosos efectos”.
Y el presidente miró el plan y dijo que era bueno.
Y el plan se convirtió en norma.
Y así es como la m**rd* sucede.
Hola Diego,
ResponderEliminarUna pregunta. ¿Que hay de cierto, que si multiplico la fecha estimada de finalizacion (EF, obtenida a traves de un diagrama de red) de mi proyecto por Pi, encuentro la fecha verdadera de finalizacion?.
3.14-2008 Feliz Dia Pi.
Pablo.
Jajaja! Así cuadra el proyecto ;-)
ResponderEliminarDe verdad que hay tanta, pero tanta tanta tanta estupidez organizacional... Pero no, en algo han de ser los mandos medios inteligentes, pero definitivamente no lo son en cuanto a sentido común, porque como tratan de quedar bien con dios y con el diablo..., siempre se les va lo esencial.
ResponderEliminarPero se llaman “talentos”, y están siendo retenidos en las empresas por más de $500.000 aunque las hayan hecho quebrar.
Qué estreñimiento tan grave el de los que no quieren soltar la m...da.