Sin embargo, aunque pueda ser a nuestro pesar, esta visión de las cosas no es muy afortunada. Puede que en una organización que ejecuta pocos proyectos simultáneamente, y todos ellos de poca entidad, esta perspectiva no llegue a causar estragos. Pero en todo aquello que exceda estos límites el panorama empieza a diferir bastante. Cuando el número de proyectos crece, así como el número de personas involucradas en cada uno de ellos o de proveedores, la complejidad creciente debida a la red de interrelaciones demanda más exigencia a la hora de organizarse y de cuidar el trato interpersonal. Mantener la perspectiva citada en estos casos sí causa verdaderos estragos. Otra cosa es que seamos realmente conscientes de ello –en mi opinión en muchos casos es más una cuestión de admitirlo que de ser consciente- debido a que el caos que nos envuelve diluye todos estos efectos negativos.
Decía que esta visión no es muy afortunada porque todo aquello relacionado con un proyecto se puede encajar dentro de tres ámbitos: el técnico, el gestor y el humano. El lector puede encontrar una descripción de estos ámbitos en este sitio. Obviamente, la estrecha visión con que hemos empezado este anuncio se reducía al ámbito técnico. Es curioso ver cómo esta visión sesgada está tan comúnmente arraigada en las organizaciones, quizás no tanto si caemos en la cuenta de que el conocimiento técnico es una condición estrictamente necesaria sin la que resultaría imposible ejecutar cualquier proyecto. Es una pena, sin embargo, que un mantenimiento extralimitado de esta actitud llegue a empañar el buen funcionamiento de los proyectos.

En una serie de capítulos de la segunda temporada asistimos a otro ejemplo grandioso de los comportamientos que a veces se pueden observar relacionados con la omnipotencia del ámbito técnico. Como consecuencia de la gestión deficiente de su equipo de colaboradores House es relevado temporalmente de su puesto de jefe de equipo, pasando a ser supervisado por uno de sus subordinados, el Dr. Foreman. Al cabo de unas semanas el fracaso de Foreman en sus nuevas responsabilidades se hace manifiesto y se vuelve al status quo original. La razón del fracaso de Foreman no se debe a su mala gestión –hacerlo peor que House constituiría una hazaña en sí misma, sino a que al pesar el ámbito técnico como una espada de Damocles, Foreman también ejerce su liderazgo basado en el conocimiento técnico y, dado que desde este punto de vista está por debajo de House, sus propios fantasmas le impiden tener la autoconfianza necesaria para desempeñar su cargo.
¿Nos resultan familiares este tipo de situaciones?